sábado, 22 de marzo de 2014

Está muerta, como las estrellas.

Labios rojos, cigarro en la boca, mirada impecable. Por fuera perfecta, pero por dentro rota. No sabe si sonreír o llorar, porque todos juzgan sin conocer pero los que conocen no necesitan hablar. Al principio trataba de dar explicaciones, pero ya ni se molesta, se limita a responder con un seco "que si no te apetece, no estés conmigo" y son estas palabras las que les dan motivos para quedarse. La humildad nos hace grandes, no sabes de mi más de lo que la gente cuenta. Estoy vacía, tampoco querría estar llena, quizás ya no confíe como antes pero solo así los golpes duelen menos.

lunes, 3 de marzo de 2014

enterrados todos juntos, en el mismo cementerio

Ya ni siquiera recuerdo las canciones que me cantabas, ni todo aquello que hacías mientras decías "mira, para que te acuerdes de mi", pensaba que sin ti estaría acabada, incluso pensé que parte de mi se fue el día que decidiste olvidarme, durante semanas pensé que no le importaba a nadie, lo único que deseaba realmente es que se hiciera de noche para poder dormir, durmiendo todo parecía más fácil, por lo menos eran unas cuantas horas que no pasaba pensando en ti, sin tus imágenes dando golpes en mi cabeza. Salir a la calle planteándome como reaccionar en el caso de encontrarnos, que decirte, como mirarte, todo estaba planeado, pensaba dejarte las cosas claras, exigirte una explicación del porqué te marchaste sin decir adiós, aunque no hay nada más triste que un adiós, porque un "hasta nunca" es hasta nunca... ¿pero adiós? ¿hasta cuando? Quizás no haya ser más ingenuo que yo, porque en el caso de que te viera, ambos sabemos que no sabría que hacer, me quedaría mirándote, odiándome por el hecho de no saber qué es lo que hice mal.