miércoles, 17 de septiembre de 2014

Estaríamos juntos todo el tiempo

Nos perdemos. Tú y yo. El uno al otro y por lo tanto cada uno de nosotros también. No puedo estar sin ti, pero contigo tampoco, cada vez que me despido juro no volver a verte en la vida, pero en ese instante ya te  estoy echando de menos.
 Hay personas a las que no puedo evitar querer, y él es una de ellas, que me va a tener siempre, porque no me ha demostrado nada y a la vez todo. Le quiero, y no como a un novio o un hermano, sino a la vez de las dos maneras. Supongo que el pasar tardes enteras sin hablar, abrazados, llorando, con un nudo en la garganta y sin más ruido que el de las gotas de lluvia en la ventana retumbando en nuestras cabezas ha ayudado bastante a definir lo que ahora somos, eso para lo que no existen palabras.

viernes, 5 de septiembre de 2014

Estaros quietos.

Llevamos meses sin vernos, parecen años...Quizá piense que le guardo rencor, que no quiero saber nada de él, como le dije aquel día que nos despedimos, pero no puedo evitar recordar con cariño todo lo que vivimos. Doy gracias a la casualidad, que me ha ayudado a cambiar el rumbo de mi vida, porque si por mi fuera seguiría encerrada llorando, maldiciendo los fallos que hicieron que no siguiera al lado de cualquier gilipollas. Todo pasa, es algo que suelo decir a la gente cuando está mal, pero cuando soy yo la que está en situación parece que no pasará nunca, que solo me queda llorar y plantearme darle a las cuchillas de afeitar un uso alternativo, hasta que acabas sintiéndote a gusto con tus propios problemas, con tu soledad y tus pensamientos. Entonces llega alguien que te rompe todos los planes, que eres capaz de cualquier cosa por ir a verla, que hace que vuelvas a sonreír, que provoca que por momentos te olvides de tu vida y que tu mundo se base en él. Y ahora vuelve a leer desde el principio.