miércoles, 2 de diciembre de 2015

Le quería, porque lloraba conmigo

No me gustabas, me gustaba como me comportaba yo contigo, como me sentía. Tan triste, pero porque sabía que se acabaría. Jamás podré disfrutar nada y es probablemente porque pienso, pensar nos hace libres, no felices. De hecho ni siquiera nos hace libres porque nos sentimos encadenados a la realidad, una realidad de la que tampoco tenemos certeza. Que asco da la vida si es vida y que paz será la muerte si hay muerte. Pero muerte de verdad. Nada.
Que fácil es acostumbrarse a estar solo, y que duro es darse cuenta de ello. Le echo de menos porque estaba conmigo físicamente, pero nunca me apoyó. Puede parecer duro, pero él me enseñó a ser autosuficiente, a estar sola en mi cabeza. Una cabeza en la que vivo yo sola, sin nada más, una mente en la que las paredes son espejos, en la que vivo a oscuras, en la que cuando entra luz me asusto porque me veo reflejada, me asusto y lloro, lloro y quiero que se vaya esa luz que me quema los labios, Malaquias sabía de lo que hablaba, yo lloraba con él, por eso le quería.

sábado, 17 de octubre de 2015

mortis causa

Naces, te obligan a seguir un camino predeterminado, seguiré estudiando para "tener un futuro", no me gusta estudiar y tampoco lo que estudio, para acabar trabajando de algo que tampoco me gustará, Me casaré si encuentro alguien que me soporte, con suerte, y tendré una mierda de vida sin motivos por los que levantarme pero lo seguiré haciendo, como hace todo el mundo. Porque a nadie le gusta nada, pero hay cosas que odian menos. ¿Y todo esto para qué? Para acabar bajo tierra, la única diferencia, porque ya llevamos muertos mucho tiempo, concretamente desde que nacimos.


miércoles, 20 de mayo de 2015

Oro líquido

El orden nunca había sido su punto fuerte, pero decidió llevar una estrategia que jamás olvidaría, la de su propio desorden. El desorden comienza cuando hay un exceso de cosas, quien no tiene nada no puede generar desorden, por ello para algunos era una mente rebosante de ideas, vivencias o dolor, alguien que merecía admiración, para otros era solamente un loco.
Me guardó en la vitrina, una vieja hornacina barroca donde solía haber copas de whisky, y con un poco de suerte no saldría de allí jamás. Él quería evitar mi corrupción, porque yo se lo pedí, porque yo quiero estar a su lado siempre, morir queriendo, no conocer nada más aparte de lo que había conocido hasta ahora. Había conocido algo maravilloso, y ese algo era él, y no quería nada más.
Y así pasó el tiempo, algo abstracto de lo que dependemos, sin cambiar nada, yo completamente  inmovilizada, feliz pero frustrada, y él como siempre, mirándome, con el resto de sus cosas amontonándose.

martes, 3 de marzo de 2015

Si a la segunda birra enrollo el billete, si a la tercera raya me he comido el medio.

Querías romper espejos, rajarte con ellos, pensaron "puta loca"... pero ella sabía el porqué.
No era perfecta, ni mucho menos, de hecho todo eran defectos, ella en sí era un defecto, pero un defecto precioso.
Se amaba más que a nadie, se odiaba como a nadie.
No podía comprender porque tantos matarían por ella, pero por el que ella mataba estaba muriendo por otras.

No voy a escribir mensajes de amor, y menos de aliento, no voy a esperanzar a otros cuando yo no lo siento así. Renunciaré a todo por ti aun sabiendo que no lo agradecerás, ni siquiera lo percibirás. ¿Pero sabes qué? Te quiero, y eso está por encima de todo, llevo media vida peleándome por tus sobras y no voy a dejar de hacerlo ahora...(porque te quiero).

sábado, 21 de febrero de 2015

Acuerdate d mi cuando te cases...

Ultimamente no escribía, solía dormir, incluso leer
Me echaras d menos cuando falte y me buscarás en otras
como todos hemos hecho al perder a alguien importante, no sé, carencias.
Puede que haya mas tías qe abran las horquillas con los dientes, qe hagan gestos raros qe te gusten,
qe dediquen más tiempo a pintar en agendas que en hablar con gente, miren de reojo con cara de asco, que a pesar de ser unas putas inestables se podrían llegar a ganar tu tiempo...
y todas esas cosas que hacen que yo sea yo y no cualquier otra chica a la que si me pusieran enfrente querría reventar.
Ódiame por última vez.


miércoles, 17 de septiembre de 2014

Estaríamos juntos todo el tiempo

Nos perdemos. Tú y yo. El uno al otro y por lo tanto cada uno de nosotros también. No puedo estar sin ti, pero contigo tampoco, cada vez que me despido juro no volver a verte en la vida, pero en ese instante ya te  estoy echando de menos.
 Hay personas a las que no puedo evitar querer, y él es una de ellas, que me va a tener siempre, porque no me ha demostrado nada y a la vez todo. Le quiero, y no como a un novio o un hermano, sino a la vez de las dos maneras. Supongo que el pasar tardes enteras sin hablar, abrazados, llorando, con un nudo en la garganta y sin más ruido que el de las gotas de lluvia en la ventana retumbando en nuestras cabezas ha ayudado bastante a definir lo que ahora somos, eso para lo que no existen palabras.

viernes, 5 de septiembre de 2014

Estaros quietos.

Llevamos meses sin vernos, parecen años...Quizá piense que le guardo rencor, que no quiero saber nada de él, como le dije aquel día que nos despedimos, pero no puedo evitar recordar con cariño todo lo que vivimos. Doy gracias a la casualidad, que me ha ayudado a cambiar el rumbo de mi vida, porque si por mi fuera seguiría encerrada llorando, maldiciendo los fallos que hicieron que no siguiera al lado de cualquier gilipollas. Todo pasa, es algo que suelo decir a la gente cuando está mal, pero cuando soy yo la que está en situación parece que no pasará nunca, que solo me queda llorar y plantearme darle a las cuchillas de afeitar un uso alternativo, hasta que acabas sintiéndote a gusto con tus propios problemas, con tu soledad y tus pensamientos. Entonces llega alguien que te rompe todos los planes, que eres capaz de cualquier cosa por ir a verla, que hace que vuelvas a sonreír, que provoca que por momentos te olvides de tu vida y que tu mundo se base en él. Y ahora vuelve a leer desde el principio.